Si bien los huecos siempre han formado parte del arte
escultórico, ciertos autores, en su obra, valoraron en especial el vacío, los
juegos de luz que este produce o el efecto del volumen en negativo. Entendieron
que el espacio no es tridimensional ni volumétrico en sí mismo, e hicieron foco
en la consideración de este a partir de la forma, ya que allí se constituye
como tal.
Desbloquear la escultura en cuanto forma cerrada se
convirtió en una de las grandes preocupaciones de los artistas, presentando una
nueva realidad mediante huecos dentro de superficies. Cuanto más amplio el
espacio vacío, mayor el contraste de los elementos «positivos» situados en
relación con él.
En definitiva, tanto en la arquitectura funcionalista como
en la escultura, el vacío se constituye en una preocupación constante, como
centro fértil. En ellas el espacio «negativo» es tan importante como
el elemento «positivo».
En nuestro país, Chillida se introdujo dentro del espacio de la escultura hasta encontrarse con su vacío, siempre respetando al máximo las propiedades específicas de los materiales escultóricos.
Oteiza del mismo modo, trabajaba en la búsqueda del espacio vacío, para ello debía de eliminar la materia que éste ocupaba. A base de excavar en el interior del bloque llegó a penetrar en su totalidad, mediante un proceso que llamó "desocupación del espacio"
PROPUESTA DE TRABAJO:
Proponemos al alumnado que a partir de formas planas realice una escultura exenta no figurativa utilizando la técnica constructiva. Se trabajará con planchas de cartón pluma para formas rectas o cartón gris si quereis trabajar con formas curvas.
Como ejemplo deberéis fijaros en trabajos de artistas de la talla de OTEIZA, CHILLIDA, GARGALLO o NAUM GABO, todos ellos especialistas en utilizar el vacío y los espacios negativos en sus obras.
Se trata de investigar los conceptos de lleno/vacío y de estudiar el vacío como espacio que se sustrae de la materia.